La palabra más díficil de traducir
La palabra más difícil de traducir en el mundo es aparentemente "ilunga", del idioma tshiluba, que se habla en la región suroriental de la República Democrática del Congo. Ocupó el número uno en una lista compilada en colaboración con mil lingüistas.
"Ilunga" significa "una persona que está dispuesta a perdonar cualquier abuso la primera vez, a tolerarlo la segunda, pero nunca la tercera". Parece bastante sencillo, pero los mil especialistas señalaron que era la palabra más difícil de traducir.
En segundo lugar quedó "shlimazl", que quiere decir "una persona que tiene una mala suerte crónica" en yiddish, el idioma que hablan muchos judíos en Europa y Estados Unidos.
La tercera palabra más difícil fue "Naa", que se utiliza en la región de Kansai, en Japón, para dar énfasis a afirmaciones o expresar que se está de acuerdo con alguien.
Aunque las definiciones parecen bastante precisas, la dificultad consiste en cómo transmitir las referencias locales que se asocian a esas palabras, dice Jurga Zilinskiene, directora de Today Translations, la empresa que realizó la encuesta.
"Probablemente uno pueda buscarlas en el diccionario y...hallar un significado. Pero de lo que realmente se trata es de las experiencias culturales y...el énfasis cultural en las palabras", dijo.
La velocidad a que trabajan los intérpretes simultáneos hace aún más difícil la traducción de palabras que tienen significados complejos.
Y la jerga técnica que suele aparecer en la política, los negocios o el deporte tiene sus propias dificultades. La pesadilla personal de Zilinskiene es un "googly", un término usado en el juego de críquet para indicar "una pelota que se lanza como si fuera hacia el campo opuesto al bateador, pero realmente va hacia la parte del campo a su espalda".
Pero mucha gente cree que, de todas maneras, el críquet es incomprensible. Naa.
Copyright @Oliver Conway.
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